Diario de un Urbanita Un entretenimiento para el desarrollo de mi nivel literario. Afán de escribir por escribir.

He de confesar que poco he leído de Don Miguel, como algunos le llaman, un par de obras que en clase me mandaron y ni eso. Tristemente, hoy me doy cuenta de que aún tengo una lección por aprender, otra que se suma al carro de las asignaturas pendientes. Algún día me tendré que poner a disfrutar de sus clases, empezando por su último libro, con el que solo me engañé (y a la cabrona de mi profesora) leyendo el principio y el final de cada capítulo.

Por suerte, la insistencia de los profesores hicieron que descubriese una de sus obras, El Camino, de la que guardo un buen recuerdo; sobre todo después de haber visitado el valle que en ella describe. Es posible que se sumara a la lista de autores que me han ayudado a entusiasmarme con las palabras. No diré que haya sido un autor que haya hecho mella en mi, puesto que sería muy pretencioso, como me diría cierto profesor. Y la verdad, me apena no pertenecer a esa generación a la que tanto ha influido, o ser de ese grupo de personas que han disfrutado de su sabiduría popular, porque para mi será una lección sin terminar de aprender.

Lo que sí puedo decir, es que gracias a ese eterno enemigo de la formación de las nuevas mentes, sí, vosotros adorados profesores de la LOGSE y LOE, aprendí que Miguel Delibes nació en Valladolid en 1920.