Diario de un Urbanita Un entretenimiento para el desarrollo de mi nivel literario. Afán de escribir por escribir.

El rescate, polis y cacos son juegos que se ven tras las verjas de las vallas de cualquier patio de colegio, pero el deporte rey de este país se vive con un intenso fervor, la marabunta de niños corre de un extremo a otro siguiendo la pelota. ¿Cuántos partidos se jugarán al mismo tiempo? ¿Cuántas patadas y/o pelotazos se habrá llevado alguien al ponerse en medio? O incluso, ¿cuántas veces nos habremos quedado sin aire tras celebrar un gol, como si fuésemos a ganar la "champions"?

Todos estos momentos los recuerdo con un enorme cariño. Durante toda mi infancia la hora del recreo tenía un significado especial. Mirabas el reloj ansioso, querías que llegase el momento de salir corriendo de clase a por un balón y correr como un caballo desbocado. Había veces, que media hora antes de que sonase la campana ya estábamos haciendo los equipos y las chicas nos insistían en cambiar de juego.

Hoy miro atrás y me sobreviene una especie de sentimento nostálgico, sonrío vagamente y pienso lo que daría por echar un partido de fútbol con los de clase. Ahora lo único que me alivia es tomar un triste café en el McDonald´s y quejarme de lo mal que está el sistema educativo.